viernes, 29 de agosto de 2008

Un oso con violin

I


Recuerdo a Europa, como si hubiese estado ahi ayer. Todas esas afrancesadas e inglesas y belgas y rumanas ¡Esas si son mujeres! Pero claro, y queda tacito para cualquiera que tenga mas sesos que un chimpance, que me estoy refiriendo a la vieja Europa. Hoy en dia, mujeres ya no hay, son todas unas putas, o peor aun, unas hijas de sus madres putas. Y cabe tambien mencionar que nunca he estado en Europa.

Como voy a haber estado en Europa, si pocas veces salgo de mi hogar, si pocas veces salgo de mi dormitorio, si pocas veces salgo de mi cama, si pocas veces estoy vivo. He de hacer caso a mi tio y buscar a una de esas hembras en celo que mueven un poco la cama; pero los tornillos estan debiles, y en todo caso yo solo quiero dormir. Dormir y comer. Dormir y comer y leer el diario. La seccion de humor del diario ya fue eliminada. Me vale, porque yo siempre me rio desde la primera plana, y hasta la seccion donde jovencitas ofrecen sus calidos servicios; deben ser las hembras en celo de las que habla mi tio...quizás cuando repare el problema de los tornillos, o quizas en el suelo, o en la mesa, o en el jardin, o quizás volveré a dormir. Dormir y comer. Dormir y comer y leer el diario.

Y bañarme y ver a la esposa del vecino, o mas bien ver su prominente busto; obviamente operado varias veces, a menos que a los 30 años aun le siga creciendo, quien sabe. Yo de mujeres poco o nada sé. Ella toca el violín, An der schönen, blauen Donau, dice ella. Yo mas bien lo oigo como una interminable sinfonia de notas mal tocadas. Su nombre es Thalia, o Tania, o Tatiana. Tatiana como la hija de Boris. Boris murió hace 10 años. Boris nunca vivió.
En la acera del frente la hija de aquella familia, cuyo apellido de escritura alemana y pronunciacion rusa mas bien parece un insulto camuflado, corta el cesped. Sus pechos no son prominentes, no pasa de los 20 años, no toca el violin, solo corta el cesped y vive, o quizás no. No es de mi incumbencia, yo quiero terminar de leer el diario en mi cama de tornillos flojos, de sabanas grises, de almohadas grises, de barniz gris. Te dejo cortar el cesped en paz, mujer de busto pequeño.

Un cigarro no me hara mal, ni dos, ni tres. O toda una cajetilla. Eso si me ha de hacer mal, pero yo ya estoy muerto, o quizas no. No es de mi imcumbencia.

Thalia o Tania o Tatiana toca a mi puerta a veces, viene por el violin, que yo nunca uso y ella usa mal. Yo le abro la puerta, le miro el busto, le doy el violin, le miro el busto y me despido. Le invitaria una taza de cafe, pero no tengo nada mas que cigarrilos. Y ya que no me hara daño fumo uno, o dos, o tres, o una cajetilla. Llevate el violin, mujer de tetas operadas, y dejame fumar.

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