Hoy he visto por mi ventana, a plena luz de un muy radiante día, tejerse los delgados hilos de mi condición humana, y me siento agobiado.
Entre leves suspiros y mansos cuchicheos he preferido no quejarme ni llorar. Nunca he de dejar que la vida se carcajee de mí otra vez.
Hoy he visto a las grandes urbes moverse en zigzag, sin rumbo fijo, como perdidos en el cosmos, anhelando la infinidad en pequeñas porciones, y me siento agobiado.
La vida, en pleno vuelo, me extiende sus alas provocativas, me invita a su tortuoso viaje por recónditos y exóticos parajes.
Hoy he visto a nobles naciones que gritan por libertad, ser engullidas por lobos en un nauseabundo banquete, y me siento agobiado.
Las ingenuas plegarias de espíritus dóciles se han fundido bajo suelo. Se vanaglorian en el cementerio de las mas íntimas utopías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario