martes, 26 de mayo de 2009

¿fue acaso la niebla?

No quisiera sonar codicioso ¡Pero mira cómo brilla el oro! Puedo imaginar las historias más macabras, o los pensamientos más sutiles. Carcajearme por su divinidad, o fruncir el ceño por la frivolidad de su propósito ¿Son estos síntomas de la esclavitud total?

Vivo, entonces, esclavizado en cuerpo y alma (si es que aun me queda), a plena voluntad de los males mas atroces, todos producto de su magna voluntad. Y vivo, peor aun, consumido en una desgracia que considero cómica, que redunda en mi mente como el mayor beneficio otorgado por el firmamento. Y vivo, además, lleno de las ideas mas ilógicas, que impiden mi andar, que se aferran a mis pies y, cual sanguijuelas, extirpan mis ganas de vivir.
¡Oh, esclavitud!¡Dulce esclavitud!

1 comentario:

  1. podria quedarme leyendo todo (: mee enknta.

    ignora que deberia star haciendo mi tarea pues -.-

    ResponderEliminar