viernes, 29 de mayo de 2009

Citizen


Andamos vestidos de los recorridos mas largos;

Si es que acaso ya no hubiese vuelta atrás, no debemos arrepentirnos, solo caminar hacia las nubes mas manchadas ¿Y son esas nubes manchadas de igual valor que los cándidos copos que brillan al sol? Pues no, pero no hemos de anhelar algo mas; somos exiliados y nuestros deseos, por lo tanto, han de ser tullidos por vergüenzas pasadas -¡Todo sea por la libertad!-

Nuestros gritos mas graves deben ser silentes, y los agudos tan solo pasar, como las notas andantes que nadie atiende, como melodías sosegadas por los coros de flor y nata.

Hoy el comité de fiestas ha soltado serpentinas de todo color, y se siente le glamour en el ambiente. Debemos apartarnos, entonces. Con la cabeza baja, y sin mojar los ojos -¡Todo sea por el Alto Mando!-

Se sienten los pasos acaso viniendo; retumban en nuestro ser como los campanazos del vigilante Azrael que se aproxima; llegose la hora con el reloj mas puntual de la mansión.

Y ya andan pasando las cabezas bruñidas, los primoroso ropajes, los escarpines mas refulgentes que nos hayan cegado. Debemos, pues, besar sus calzados, pretender los mohines mas alegres, solo para ellos, que acaso su semblante no vacile al vernos -¡Todo sea por su felicidad!-

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