sábado, 20 de febrero de 2010

Poema mal escrito.

Debo creer yo, muy tonto,
que el sol que me cae en la cara
y que anda y me tapa la vista
es razón por la cual me desvista.

No encubro, ni guardo vergüenza,
pero valgan las leyes morales
que aunque vengan en nombre de Dios
se bastan en cosas triviales.

Y aunque toque sin cesar los pianos
y las notas no fluyan cual agua,
saben ellos bien que no envidio
el uso de un buen mixolidio.

En eso, que el día persigue,
las horas a duras no alcanzan
y el fiel minutero se extiende,
pero los segundos avanzan.

Y aun no le escribo al despecho,
ni hago gran gala del verso.
Más sepan que no es por inhábil.
No vale la pena el esfuerzo.

Pues, vaya, qué bien me has leído,
con rima, sin gracia y pomposo.
Que quemes esto, te pido
Poema infeliz y horroroso.
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Y el verso no es lo mío, nenas.